Rapunzel
Érase una vez un hombre y una mujer pobres. La mujer quería comer, quería comerse a Rapunzel. Había una Rapunzel… pero desafortunadamente, estaba en el jardín de una bruja.
El hombre fue al jardín a raptar a Rapunzel, la bruja lo vio, estaba furiosa; ella dijo: “¡Me estás robando!” Él: “Te estoy robando algo precioso: a tu hija”. La bruja se la quitó; ella estaba de prisionera en una torre alta sin puertas.
Todas las noches, la bruja llamaba:
“Oh Rapunzel, suelta tu cabello que para subir lo usaré”.
Rapunzel tenía el pelo largo y hermoso, se lo soltó y la bruja entró por la ventana.
Un día, un joven príncipe llegó a la torre, este vio a la bella Rapunzel en la ventana; el príncipe, curioso, se acercó, vio a la bruja y ella dijo: “Oh Rapunzel, suelta tu cabello que para subir lo usaré”.
La bruja ha entrado, pero pronto se ha ido. El príncipe era inteligente, se acercó y dijo:
“Oh Rapunzel, suelta tu cabello que para subir lo usaré”.
Rapunzel se ha soltado el pelo, el príncipe entró por la ventana; ambos se enamoraron a primera vista.
Ella dijo: “Mi nombre es Rapunzel, soy prisionera de una terrible bruja, ayúdame por favor”.
El príncipe ayudó a Rapunzel a irse, se fueron a su palacio. Rapunzel se casó con él y ambos vivieron felices para siempre.