La muerte de la gallinita

La muerte de la gallinita

Había una vez una gallina y un gallo, la gallina se llamaba Gallinita y el gallo se llamaba Gallito. Un día, Gallito y Gallinita buscaban nueces debajo de las ramas de un árbol; Gallinita encontró una nuez grande y ella como era golosa no la quería compartir con Gallito, así que trató de tragársela rápidamente pero hubo un problema, la nuez era demasiado grande y no podía pasarla por la garganta; iba a morir si no pasaba y le gritó a Gallito: “¡Gallito, por favor, corre a la fuente y tráeme agua que me ahogo!”

Gallito corrió al río y le dijo a la fuente: “¡Fuente por favor dame agua porque Gallinita se está ahogando!” La fuente le respondió: “Primero corre a donde la novia y pídele seda colorada”. Gallito corrió a la novia y le dijo: “¡Novia por favor, dame seda colorada para que se la dé a la fuente y ella me dé el agua porque Gallinita se está ahogando!” La novia le respondió: “Primero corre al árbol sauce y búscame una guirnalda que dejé colgada en él”. Gallito corrió al árbol sauce, encontró la guirnalda, la descolgó y se la llevó a la novia; esta le dio la seda colorada para que se la diera a la fuente. Luego Gallito corrió a la fuente y le dio la seda colorada, esta le dio el agua para que se la diera a Gallinita. Más tarde, Gallito corrió a la gallinita pero era demasiado tarde, ya se había muerto.

Gallito estaba muy triste y lloró fuerte, los otros animales lo oyeron y querían compartir su dolor. Juntos construyeron un cochecito para llevar a Gallinita al cementerio; Gallito lo manejó y seis ratones lo jalaron, los otros animales querían acompañarlo así que por el camino, uno por uno, se montaron en este y se sentaron atrás; llegaron a un arroyo: “¿Cómo lo cruzamos?” Preguntó Gallito.

Había una paja allí, la cual dijo: “Me acostaré y ustedes pueden pasar por encima de mí”, pero cuando el cochecito llegó a la mitad del puente de paja se empezó a hundir en el arroyo. Los ratoncitos que jalaban se cayeron y se ahogaron en el agua. Al apuro, una brasa de carbón decidió colocarse en el agua para que el cochecito pudiera pasar a la otra orilla; resultó que cuando tocó el agua, dejó oír un siseo y se murió. Al verlo, una roca sintió compasión y quería ayudar a Gallito a pasar, se puso en el agua para que este pudiera jalar el cochecito al otro lado. Todos los animales seguían sentados atrás; el gallo jaló y empezó a subir la orilla. Apenas puso el cuerpo de la gallina en el suelo, el cochecito rodó hacia atrás y todos cayeron al arroyo ahogándose. Ahora Gallito estaba solo con Gallinita, la enterró y se quedó allí llorando hasta que este se murió. Y ahora, todos estaban muertos