La doncella sin manos
Una historia de los hermanos Grimm
Érase una vez un granjero; el granjero tenía una hija, ella era hermosa, era joven: tenía veinte años.
Un día terrible llegó el diablo, se presentó al granjero y le hizo una oferta:
“Te estoy pagando una gran fortuna y a cambio, deseo… esto”. El diablo indicó la dirección hacia un árbol (casualmente, la niña estaba debajo del árbol).
El granjero mira en dirección al árbol (y a la niña). “¿Quieres eso?” Ha dicho él; el granjero señaló el árbol.
El diablo dijo: “Sí, lo corto con un hacha y me lo llevo”.
El agricultor aceptó y firmó un contrato, el diablo pagó un millón de dólares y se acercó… no al árbol sino a la chica.
“¡Ja ja ja! Finalmente, otro para mi colección” dijo el diablo.
La niña y el granjero se dieron cuenta de que el diablo no le dijo “eso” al árbol… no, le dijo “eso” a la niña.
El contrato dice: “Contrato final: $ 1.000.000 = una niña”.
El granjero cometió un gran error. ¡Él entró en pánico!
“¡No, mi hija no!” Gritó el granjero.
“¡Es final! Es mi propiedad” dijo el diablo.
La niña se dio cuenta de que el diablo la secuestró… así que besó al árbol, lo rodeó con las manos.
El granjero no encontró solución, el diablo dijo: “Tienes dos opciones: opción número uno, tomo a la niña intacta y ella muere; opción número dos, le cortas las manos y estas son el pago que satisface el contrato”.
El granjero estaba desesperado, entonces con el hacha le cortó las manos a la niña, fue humillada y herida y rápidamente se fue.
“¡Vuelve hija mía!” Su papá gritó pero ella estaba furiosa, lo ignoró y continuó en el bosque; caminó una gran distancia, después de diez días tenía hambre y llegó a un gran castillo que tenía deliciosos árboles frutales. Le dijo a un caballero del castillo: “Señor, tengo hambre, no he comido en diez días, ¿puedo ser un sirviente a cambio de fruta?”
En realidad el caballero era un príncipe, este inspeccionó a la niña: ella es bella, está herida y tiene hambre, además está sola y muy lejos de su familia. Él se apiadó de ella, le ofreció una fruta… gratis. “No, no eres mi sirvienta pero, ¿podemos tener una conversación?” Y la niña y el príncipe tuvieron algunas conversaciones interesantes; el príncipe estaba asombrado por el intelecto de la niña; él regresó día tras día.
Finalmente, el príncipe y la niña se aman, se casaron y tuvieron un matrimonio feliz.
Ha pasado el tiempo y un día el príncipe fue a la guerra; se encontraba a una gran distancia del castillo. La niña le envió un mensaje romántico, ella escribió: “¡Mi amor, voy a tener un bebé!”
Un sirviente se fue al bosque con la alegre carta pero en el camino, el diablo lo atacó, cambió la letra y esta carta decía: “¡Mi amor, voy a tener un bebé! ¡Pero el bebé es un monstruo!”
El príncipe recibió el mensaje, ordenó a un grupo de soldados: “¡Princesa mía, mi amor está en peligro!” Regresan al castillo con esta nota, la carta ordena la ejecución del bebé.
Cuando los soldados llegan al castillo, ¡el bebé estaba en peligro! Finalmente, llegó un ángel que se apiadó de la princesa y de su pequeño bebé. ¡Este estaba furioso con el diablo por este desastre! El ángel cambió la letra, la carta decía ahora: “Mi amor, cuida al precioso bebé”.
La niña estaba muy contenta con la carta, para completar su alegría, el ángel le dio las manos. La pareja fue feliz por el resto de sus vidas.