David y Goliat
(avanzada)
Había una vez un muchacho muy guapo y feliz. Se llamaba David. A él le gustaba mucho cantar. El muchacho tenía siete hermanos mayores y él era el más joven. Sus hermanos pensaban que él no era muy importante y le daban el peor trabajo de la casa: cuidar ovejas en el campo. El era pastor de ovejas. Un día hubo una guerra entre su país y el país vecino. Todos sus hermanos querían ir a la guerra. El también. Pero solo los tres mayores fueron a pelear en la guerra. Se fueron lejos. Pasaron muchos días. Pasó una semana, dos, tres… pasaron cuarenta días y no tenían noticias de los hermanos en la guerra.
Entonces su padre le dijo al muchacho “Ve a ver cómo están tus hermanos. Lleva estos nueve galones de granos tostados y diez panes para tus hermanos. Lleva estos diez quesos al capitán. Trae noticias de tus hermanos.”
David salió temprano en la mañana, puso la comida sobre un burro y dejó sus ovejas con otro pastor. David buscó y buscó el campamento de los israelitas. Al fin lo encontró. El vio dos ejércitos, un ejército en una montaña y otro ejército en la otra montaña. Los enemigos eran los Filisteos. Había un gigante con los enemigos. Se llamaba Goliat. El gritaba “Manden un guerrero fuerte a pelear conmigo. Si él gana nosotros seremos sus esclavos. Si yo gano, ustedes serán nuestros esclavos.”
David dijo “ ¿Quién es este filisteo que desafía los ejércitos del Dios viviente?” Los otros soldados le dijeron al rey Saúl lo que dijo David. Y Saúl lo llamó y le dijo “Tu quieres pelear contra Goliat? Eso es ridículo. El es muy alto, mide más de nueve pies y es muy fuerte.” David dijo “Dios me ayudó a matar al león y al oso. También me ayudará a matar al gigante Goliat.”
Entonces Saúl le dio su armadura. Pero era muy pesada y grande para David. El se la quitó. Luego fue al río a buscar cinco piedras pequeñas y redondas. Después fue al campo de batalla con su palo de pastor y su honda. El gigante Goliat se río de David y dijo “Soy un perro para que vengas con palos y piedras? Voy a dar tu carne a los pájaros y los animales salvajes.”
David le dijo “Tu vienes contra mi con espada y lanza, pero yo vengo contra ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel.”
David corrió rápidamente para atacar al gigante. Sacó una piedra de su bolsa, la puso en su honda y la tiró. Le pegó en la frente al gigante. El se cayó al piso. Luego David corrió y le quitó su espada y le cortó la cabeza.
Los filisteos se dieron la vuelta y corrieron para el otro lado. Los israelitas corrieron detrás de ellos gritando. Así David se hizo famoso en todo Israel.